Aunque la cúrcuma (a través de su principio activo la curcumina) es conocida por poseer muchas propiedades antinflamatorias, especialmente en la lucha contra el dolor, su capacidad para combatir el cáncer es, probablemente, la más estudiada.
Uno de los avances más recientes en la comprensión del cáncer ha sido la capacidad de identificar los marcadores que muestran un riesgo potencial para desarrollar la enfermedad.
Esto es crítico, porque el cáncer puede tardar décadas en desarrollarse. Lo que comienza como una pequeña anomalía celular puede extenderse a los tejidos circundantes (o incluso a través del cuerpo), esencialmente empujados por cada factor de estrés inflamatorio u oxidativo que lo afecta.Con el tiempo, las células se convierten en tumores y la situación es mucho más difícil de revertir.
Mediante estudios científicos, se ha demostrado que la cúrcuma, mayormente a través de su principal producto activo la curcumina, previene e inhibe la formación de tumores. Lo llamativo es que puede hacer esto a través de múltiples vías.
Nuestros cuerpos tienen una capacidad natural para combatir el cáncer a través de la actividad de genes supresores de tumores. Sin embargo, las células cancerosas pueden apagar o silenciar estos genes, permitiendo que el cáncer crezca y se disemine sin control.
Los investigadores han descubierto que una de las formas en que la cúrcuma lucha contra el cáncer es despertando de nuevo estos «genes dormidos», volviéndolos a estimular para detener el cáncer.
Esta rama de la ciencia se conoce como epigenética, y puede tener la respuesta al tratamiento de muchos tipos de cáncer.
La cúrcuma ha demostrado la capacidad de detener la iniciación, promoción y progresión del cáncer. Esto significa que interrumpe los cambios que hacen que las células normales se conviertan en cancerosas, paraliza la replicación de las células cancerosas (formación de tumores) y evita que las células cancerosas emigren a otras partes del cuerpo (conocido como metástasis).
Los estudios publicados hasta ahora sobre la actividad anticancerígena de la cúrcuma indican que puede ser efectiva en el cáncer de próstata, de mama, de hígado, de piel, de colon y de pulmón.(1)–(2)–(3)
Cúrcuma y cáncer de próstata
Algunas de las enzimas desintoxicantes del cuerpo, como las glutatiolinas S-transferasas, suelen ser deficientes en los casos de cáncer de próstata.
Sin estas enzimas protectoras (específicamente una enzima llamada GSTP1), la próstata debe, por su cuenta, tratar de parar la inflamación y el estrés oxidativo.
En los estudios científicos se ha demostrado que incluso una pequeña deficiencia de esta enzima aumenta el riesgo de cáncer de próstata, por lo que cualquier forma natural de estimular esta actividad enzimática es positiva.
Afortunadamente, la cúrcuma puede contribuir a restablecer los niveles de estas enzimas. En estudios científicos (tanto en animales como en estudios de laboratorio), la curcumina aumentó el GST (glutatión S-transferasa) en el tejido prostático e indujo enzimas protectoras de fase II en las líneas celulares de cáncer de próstata humano.
En otros estudios, el extracto cúrcuma (curcumina) también estimuló las actividades de glutatión peroxidasa, glutatión reductasa y otras enzimas reductoras del estrés oxidativo natural.(4)–(5)–(6)–(7)–(8)–(9)–(10)
Hasta ahora, la investigación apunta a la cúrcuma como un tratamiento potencial para detener la progresión del cáncer de próstata si se detecta en etapas tempranas. Hay que hacer más estudios, pero los signos son muy alentadores.
Cúrcuma y cáncer de mama
Si bien hay muchos factores que pueden conducir al desarrollo del cáncer de mama, incluyendo causas genéticas, endocrinas y ambientales, la inflamación y los marcadores inflamatorios parecen influir igualmente.
La inflamación induce el metabolismo tumoral. Cuando los marcadores inflamatorios, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-a), están sobre-expresados, el ADN celular resulta dañado y comienza a replicarse desarrollando tumores.
La investigación científica ha demostrado que la cúrcuma detiene la inflamación y parece tener un efecto directo sobre la reducción o la inhibición del crecimiento del tumor.
En un estudio de laboratorio con líneas celulares de cáncer de mama (MCF-10a no maligno y MCF-7 maligno), el tratamiento con cúrcuma invirtió una señal de crecimiento en un tumor que había sido inducido por TNF-a. (11)
De hecho, también se ha demostrado que la cúrcuma induce apoptosis directa (muerte celular programada) en la línea celular maligna de cáncer de mama MCF-7. (12)
Esto no es raro para la cúrcuma. Además de inhibir el TNF-a, los investigadores han encontrado que entre otras, también inhibe la interleucina 1b (IL-1b) y la interleucina 6 (IL-6).
Además, otros estudios celulares han encontrado que la cúrcuma actúa de una manera dosis dependiente (cuanto mayor sea la dosis, más actividad) contra células tumorales que se cultivan en un medio que contiene estrógenos (que replica el crecimiento de tumores en casos de desequilibrio hormonal, frecuentemente visto durante la menopausia).
La cúrcuma «disminuye la actividad» de la MMP-2 (matriz metaloproteinasa-2) -una enzima responsable de la replicación celular que puede causar el crecimiento del tumor bajo ciertas condiciones- al estimular la actividad de una contraproteína llamada TIMP-1 (inhibidor tisular de Metaloproteinasa).
También detiene la formación de nuevos vasos sanguíneos en las células tumorales, que provocarían el crecimiento del tumor.
En otras palabras, la cúrcuma parece ser capaz de restablecer nuestra actividad celular hacia el camino correcto a través de un acto de equilibrio muy delicado. (13)
Otra investigación (14) realizada con la cúrcuma y el cáncer de mama muestran que la cúrcuma puede detener el crecimiento y la actividad de las células tumorales no solo durante su administración, sino que puede tener efectos duraderos en el tiempo, incluso cuando se deja de consumir la curcumina.
Y por último la curcumina también estimuló la muerte de células tumorales, pero no la muerte de las células sanas.
Cúrcuma y cáncer de colon
Como todos los tipos de cáncer, el cáncer de colon tiene muchas causas. Sin embargo, aunque los pólipos pueden ser debidos a antecedentes familiares o predisposición genética a la enfermedad, solo causan una pequeña fracción de los casos.(15)–(16)
De hecho, la inflamación constante del tracto digestivo está casi siempre asociada con un mayor riesgo de cáncer de colon. Es por eso que la dieta y los medicamentos pueden ser tan determinantes.
Los alimentos altamente inflamatorios y refinados tienden a aumentar tanto los niveles de marcadores nocivos como la actividad en los intestinos, dando lugar a los pólipos y al potencial crecimiento del tumor.
En algunos casos, se ha encontrado que los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) disminuyen el riesgo de cáncer de colon debido a su capacidad para reducir la actividad de la enzima COX-2.
Pero estos mismos medicamentos pueden causar numerosos daños en el estómago, el hígado y el tracto digestivo, por lo que en realidad no son una buena opción a largo plazo.
Aquí, de nuevo, se ha demostrado que la cúrcuma reduce la expresión de COX-2 y 5-LOX en células de cáncer de colon. Un estudio científico demostró que la cúrcuma redujo la actividad de la COX-2 en un 66% e inhibió tumores benignos que de otro modo podrían haberse desarrollado en crecimiento canceroso. (17)
Otros estudios han encontrado resultados igual de potentes con la cúrcuma, pero a lo largo de diferentes vías celulares. La curcumina inhibe la capacidad de las células cancerosas de migrar a los tejidos circundantes y trabaja en sinergia con otros agentes quimioterapéuticos tradicionales para detener el crecimiento de células de cáncer de colon.
De hecho, en un estudio en el que se administró una combinación de cúrcuma y 5-fluorouracilo https://es.wikipedia.org/wiki/5-fluorouracilo (usado en el tratamiento de quimioterapia del cáncer) se redujo, hasta 6 veces, la expresión de COX-2 en una línea de células de cáncer de colon humano. Los investigadores observaron un efecto sinérgico de los dos tratamientos. (18)–(19)
Varios estudios han combinado la cúrcuma con terapias convencionales con la esperanza de ayudar a compensar los efectos secundarios y a mejorar la eficacia del tratamiento en general.
Una emocionante investigación de la Universidad Estatal de Wayne en Detroit, Michigan (20) se vio que la cúrcuma aumentó la efectividad del agente quimioterapéutico 5-fluorouracilo contra el cáncer de colon.
Incluso recomiendan la inclusión de curcumina en el régimen de tratamiento para las personas con cáncer de colon, porque uno de sus objetivos es reducir la dosis de quimioterapia en los pacientes con cáncer avanzado. Creen que la adición de cúrcuma también puede ayudar a prevenir la recurrencia de este tipo de cáncer en personas de alto riesgo.
Otros trabajos relacionados con la cúrcuma y el cáncer de colon se han centrado en un campo de estudio llamado «epigenética».
Los investigadores del Hospital M.D. Anderson (21) han investigado la actividad epigenética y las propiedades antitumorales de la cúrcuma, en este caso con respecto al cáncer de colon, pero los resultados son ciertamente aplicables de igual forma a otros cánceres.
La epigenética es un reino fascinante de estudio. Profundiza en la forma en que nuestros genes están influenciados por nuestra dieta y el medio ambiente, estudia qué factores activan determinados genes y qué factores los desactivan.
En otras palabras, aunque podemos tener tendencias genéticas hacia ciertos problemas de salud, podemos hacer algo al respecto.
Cuando las células cancerosas florecen es debido, en parte, a un proceso llamado «metilación». La metilación silencia los mecanismos de defensa propios de nuestro cuerpo, anulando los genes que están diseñados para suprimir naturalmente los tumores.
Pero se ha demostrado que la cúrcuma cambia eso. En este estudio se observó que fue capaz de «despertar» los antiguos «genes dormidos» que mantienen a los tumores cancerosos en vía de crecimiento y propagación.
Cúrcuma y otros tipos de cáncer
La cúrcuma (curcumina) ha mostrado que influye positivamente en el crecimiento sano de las células y la inhibición tumoral en otros cánceres, incluyendo el cáncer de hígado, pulmón, páncreas y piel.
En el cáncer de hígado, la cúrcuma inhibe la misma actividad enzimática (MMP-2) que genera tumores en el tejido provocando cáncer de mama.
También induce la expresión PPAR-gamma, un receptor que ayuda al cuerpo a metabolizar los ácidos grasos y la glucosa y detener la sobreproducción de las células hepáticas.
Los investigadores que señalan la capacidad de la cúrcuma para detener la inhibición del crecimiento extracelular consideran que la curcumina es un «candidato potencial para el tratamiento de la fibrosis hepática«. (22)
El cáncer de páncreas es uno de los tipos de cáncer más difícil de detectar y tratar, por ello a menudo se le llama «el asesino silencioso». Solo se detecta después de que se haya extendido a otras partes del cuerpo.
Varios estudios celulares han demostrado que la cúrcuma puede suprimir las células cancerosas pancreáticas. En un estudio reciente del hospital M.D. Anderson, la cúrcuma se combinó con el agente de quimioterapia gemcitabina. Al igual que en otros estudios que combinan cúrcuma y agentes quimioterapéuticos, los investigadores concluyeron que la cúrcuma potenciaba los efectos antitumorales de la droga. (23)
Otros tipos de cáncer, como el de ovario, el de pulmón y el de piel, también han respondido bien al tratamiento con cúrcuma.
Combinar la cúrcuma con la quimioterapia demostró ser eficaz en los estudios que involucran al tejido del cáncer de pulmón. La cúrcuma tópica mostró beneficios en casos de tumores cutáneos.
Los investigadores del M.D. Anderson (24) combinaron cúrcuma con el fármaco de quimioterapia docetaxel para suprimir con éxito las células del cáncer de ovario. Aquí, como en otros tipos de cáncer, la cúrcuma fue dirigida contra NF-kB, inhibiendo su sobreexpresión.
Recientemente, los investigadores también han demostrado que la cúrcuma tiene efectos anticancerígenos en las células de los gliomas, un tipo de cáncer de cerebro.
Otros estudios celulares han demostrado que la cúrcuma induce apoptosis en las células involucradas en la aparición de leucemia y que puede ser un agente natural para prevenir la recaída. (25)–(26)–(27)–(28)
También se ha realizado una investigación preliminar exitosa utilizando cúrcuma contra el cáncer de vejiga, leucemia, melanoma, así como sobre el cáncer de cabeza y cuello (carcinoma de células escamosas de cabeza y cuello). (29)
Cúrcuma y cáncer: el futuro del tratamiento
La cúrcuma ha demostrado claramente prevenir e inhibir el desarrollo del cáncer en una serie de estudios. Cumple con los cuatro requisitos claves necesarios en la lucha contra el cáncer que los investigadores buscan, porque la cúrcuma puede:
- Inhibir la proliferación celular: impide que las células cancerosas se dividan y se diseminen.
- Diferenciar entre las células: es capaz de diferenciar las células cancerosas de las células normales del tejido.
- Alentar la apoptosis: lo que significa la muerte de las células cancerosas y su destrucción por el sistema inmunológico.
- Cortar el suministro de sangre a las células cancerosas, proceso denominado anti-angiogénesis.
Una sustancia que pueda modular uno o más de estos factores se considera prometedora. Se ha demostrado que la cúrcuma influye en las cuatro vías al afectar positivamente en estos tres sistemas corporales claves:
- Estimula la inmunidad para que el cuerpo pueda matar las células cancerosas y evitar que se multipliquen.
- Balancea las respuestas inflamatorias para reducir la inflamación.
- Mejora la desintoxicación para que el cuerpo pueda eliminar las células cancerosas.
Mientras que los medicamentos anticancerígenos actuales son específicos para un tipo de cáncer, en estudios preclínicos se ha demostrado que la cúrcuma puede ser eficaz para prácticamente todas las formas de cáncer humano.
Mientras que los fármacos quimioterapéuticos comunes causan efectos secundarios graves, la cúrcuma no produce ninguno. Los fármacos contra el cáncer comunes son inmunosupresores, la cúrcuma es un estimulador del sistema inmunitario.
También se ha visto que la cúrcuma aumenta la actividad de los fármacos contra el cáncer y disminuye la resistencia a los fármacos en las células cancerosas (es decir, ayuda a los fármacos contra el cáncer a matar tumores de manera más eficiente).
Además, protege las células normales de los efectos tóxicos de los fármacos de quimioterapia y los tratamientos de radiación. Tomar cúrcuma en combinación con fármacos de quimioterapia puede significar menos fármacos tóxicos de los que serían necesarios, con mejores resultados y con efectos secundarios significativamente reducidos.
Por otra parte, los fármacos anticancerosos comunes no pueden atravesar la barrera hematoencefálica, la cúrcuma sí puede.
Aunque todavía hay que recorrer un largo camino, que implica mayor investigación, para poder ofrecer una respuesta directa sobre la curación del cáncer, está claro que la cúrcuma se presenta como un fuerte candidato quimiopreventivo y un agente terapéutico natural que combina bien con los enfoques convencionales. Desde luego antes de interrumpir cualquier tratamiento o cambiar alguna medicación , consúltelo antes con su médico.
¿Cómo tomar la cúrcuma para el cáncer?
Ahora bien, la cúrcuma en el cáncer, para que tenga alguno de los efectos descritos, no se puede tomar directamente, pues los resultados serían insignificantes.
Su principal principio activo, la curcumina, solo está presente al 4-5 % en la cúrcuma, y además se absorbe muy mal por el organismo (baja biodisponibilidad).
Por eso la única solución es tomar extractos concentrados de curcumina potenciados en biodisponibilidad ( ósea que sean más “digeribles” por el cuerpo), y es importante que también incluyan los aceites naturales de la cúrcuma, pues se ha demostrado que tienen actividad beneficiosa en el cáncer.
El único producto que cumple con todo lo anterior, el más efectivo y por tanto el que recomiendo es Biocurcumax.
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